lunes, 5 de febrero de 2024

Composición Clásica I: "BACHTHOVEN"


"Bachthoven" es un estudio para guitarra eléctrica en el estilo neoclásico que empece a armar hace unos meses y termino evolucionando hacia una composición armónica y metódicamente mas desarrollada y compleja. Decidí grabarlo en dos versiones utilizando midis. La primera versión para piano solo y la segunda para violín solista y acompañamiento de guitarra clásica. Lo podes escuchar acá:

Bachthoven es una composición de estilo clásico/barróco que, como en muchas otras ocasiones, comenzó como un simple estudio para practicar guitarra y se fue desarrollando rápidamente hacia una composición cada vez mas compleja tanto melódica como armónicamente.

Muchas veces me preguntan cómo se hace para componer una pieza de esta índole y si bien obviamente hay involucrados una serie de elementos y recursos que voy a comentar a grandes rasgos en estas notas, la realidad es que a la hora de componer algo así, al menos en mi caso, el oído MANDA.

Simplemente me siento con la guitarra y una vez que surge alguna idea o frase musical que me gusta, la cosa empieza a desarrollarse sola y se me empiezan a ocurrir variaciones y permutaciones de esa idea original. Es como si momentáneamente me conectara a alguna clase de antena y me estuviera bajando algo a la cabeza, el oído y las manos, y prácticamente se empezara a auto escribir por sí misma.  

Por supuesto que esto no pasa siempre, ni tampoco de un día para el otro o en 10 minutos, y cuando sucede, toma su tiempo y repeticiones a lo largo de varios días y hay momentos en los que esa conexión se interrumpe y el flujo de ideas y variaciones se corta hasta que al otro día, o un par de días después, se vuelve a activar y así sucesivamente.

Ojala uno pudiera activar esta conexión o inspiración a voluntad, pero la realidad es que esto (cuando se da) sucede de un modo natural, mayormente imprevisto y de una forma difícil de explicar. La clave está en seguir tocando y jugando con esa idea original para mantener ese canal abierto digamos. Y cuando la cosa fluye y salen variaciones, melodías e ideas interesantes, es muy importante guardarlas de alguna manera. Puede ser grabándolas de algún modo simple y rápido, o escribiéndolas en una tablatura, pentagrama o el método que resulte más útil y práctico a cada uno.

Es obvio que además también influye mucho la cantidad de horas de haber escuchado y asimilado un determinado estilo de música para poder crear algo similar dentro de ese estilo, en este caso música clásica. Pero lo mismo se aplica a cualquier otro género musical en el que quieras componer, sea rock, blues, metal, jazz, flamenco etc.

Quizás en el caso de una pieza clásica el nivel de complejidad es mayor que en otros estilos por la misma naturaleza de esta música. Pero de una forma u otra lo más importante es tener alguna idea o semilla original para poder desarrollar.

Si no hay una idea, progresión de acordes o frase inicial para desarrollar entonces no hay elementos melódicos, armónicos ni rítmicos  para trabajar. Una vez que esa idea aparece y me resulta interesante entonces puedo empezar a desarrollarla, variarla y extenderla.

En el caso de Bachthoven, prácticamente toda la pieza se puede resumir a la idea que aparece en el compás inicial. La semilla o patrón melódico básico está en ese primer compás y de ahí en más hay variaciones melódicas, extensiones y modulaciones a otras tonalidades, algunas vecinas y otras lejanas o remotas.

La pieza inicialmente está en la tonalidad de C mayor y el elemento más utilizado, que es además lo que le da la gracia y ese sonido bien clásico, son los passing tones o semitonos cromáticos que hay a lo largo de toda la pieza, otorgándole otro color y mucha variación melódica, pero sin perder la esencia tonal y el estilo de “melodía clásica”.

Con esto me refiero a que esos semitonos cromáticos de paso NO están utilizados como por ejemplo en blues o jazz. Acá el sonido diatónico clásico no se pierde en ningún momento, y para eso hay que saber cómo y dónde aplicarlos, a diferencia del blues o jazz donde se usan de un modo más libre e improvisatorio, con más impunidad digamos.

La ubicación de esos semitonos cromáticos dentro de una frase es fundamental para que el resultado melódico sea agradable y no genere disonancias no buscadas o deseadas.

El Ej.1 muestra claramente esto.

Una simple frase que suena sobre un acorde de C y utiliza un semitono cromático ascendente de paso, (el D#) que resuelve en el siguiente compás sobre la nota E (que es la 3 mayor del acorde de C) generando un sonido melódicamente consonante con el acorde.

Este semitono está ubicado en la última nota del compás anterior y además no está sobre “tierra”, es decir no está en donde cae el pulso o click del metrónomo, está ubicado sobre la segunda corchea de ese tiempo.

De este modo genera una tensión antes del siguiente pulso o “tierra”, que resuelve perfectamente bien sobre el primer pulso del siguiente compás, disimulando o enmascarando esa disonancia pero a la vez agregándole color y propulsión a la frase.

Comparalo con el ejemplo que está al lado que te muestra la misma frase desplazada una corchea y genera que el mismo D# cayendo a tierra en el primer pulso del otro compas choque fuertemente y con mucha disonancia contra el acorde de C que está sonando en la armonía.

La ubicación de estas notas dentro del compás o lugar dentro del pulso es crucial para lograr el efecto “clásico” de la frase y que no termine sonando a blues o jazz.

Ese semitono cromático de paso (D#) además es el equivalente enarmónico a Eb que es la tercera menor de C y en un caso como éste genera una disonancia muy fuerte.

El recurso de hacer sonar 3ras menores sobre acordes mayores es muy común y usado en blues, jazz y rock, pero en un caso como éste, donde se busca un sonido clásico, no suena muy bien que digamos y queda un poco fuera de lugar y de estilo.

Podes apreciar la gran diferencia que genera la ubicación de la nota en un caso y el otro. Escuchá el audio de los ejemplos 1a y 1b acá:


El Ej.2 muestra la misma situación, pero en este caso con un semitono cromático descendente.

Ahora la nota de paso es un Db que es la 2 menor del acorde de C. Ubicado en el mismo lugar que el ejemplo anterior, es decir antes de la tierra del siguiente compás, genera color melódico y tensión que resuelve sobre la nota C, es decir la tónica del acorde de C que suena en el siguiente compás.
Si lo comparas con el siguiente ejemplo, de nuevo desplazándolo una corchea, vas a ver que ese mismo Db genera (como en el caso anterior) una disonancia muy fuerte contra el acorde de C que está sonando en la armonía.

De nuevo, la única diferencia entre un caso y el otro, es simplemente la ubicación de ese semitono cromático de paso dentro del compás o del pulso.


Acá podes escuchar el audio de los ejemplos 2a y 2b:


Este concepto básico de utilización de semitonos cromáticos lo uso a lo largo de toda la pieza, variando los patrones melódicos y llevándolo a distintas tonalidades, algunas cercanas y otras remotas, generando una gran cantidad de ideas y creando propulsión y vértigo.

En la próxima entrada voy a analizar otro concepto importante a la hora de componer música/solos/arreglos en este estilo y mostrarte los primeros 3 compases de la pieza.

TRANSCRIPCIÓN COMPLETA DE LA PIEZA EN PDF CON NOTAS TÉCNICAS Y AUDIOS INCLUIDOS EN LA EDICIÓN:
Acá

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