David Gilmour es un guitarrista único e inimitable. Dueño de un sonido siempre espectacular, limpio y cristalino (muy característico de los amplificadores valvulares Hiwatt que mayormente ha usado a lo largo de los años) pero muy lleno y con mucho sustain.
Pero no hay que confundirse, por más que tengas la misma Fender
Stratocaster y el mismo Hiwatt de Gilmour, nadie suena como él. El sonido está
siempre en las manos y el oído interno de quien toca.
Es un guitarrista técnicamente sencillo con una técnica simple, comparado a los
estándares modernos, pero que no quiere decir que sea fácil de hacer, y con un
feeling enorme capaz de transmitir mucha emoción con pocas notas, algo que es difícil
de lograr y se va desarrollando (hasta un punto) con los años y la experiencia.
Basado en las escalas pentatónica, de
blues y dórica de Dm, el solo de guitarra de “Another Brick in The Wall”
es un claro ejemplo de estas características.
Este solo tiene algunas de las estiradas de cuerdas más extremas que se pueden
lograr, estiradas compuestas de 2 tonos y hasta 2 tonos y medio que son potencialmente
rompe cuerdas.
La primera de estas estiradas se produce al final del compás 3 donde estira desde el C del traste 13 de la 2da cuerda
hasta el E del traste 17. Esa misma estirada se vuelve a
producir de nuevo al final del compás 19.
En el compás 11 se produce la madre
de todas las estiradas, al estirar desde el C del traste 13 de la
segunda cuerda, levantando el pitch o afinación de la nota primero un tono al D del traste 15, luego 2 tonos al E del traste 17 y luego aun
medio tono más al F del trate 18, sumando un total de 2 tonos y medio para luego
volver a C original del traste 13 y
levantarlo una vez más un tono al D del
trate 15, todo con un solo ataque de púa en la primera nota.
El sonido resultante de esta manipulación del pitch desde una sola nota es prácticamente
mágico
Esta estirada brutal es realmente difícil de hacer bien, con
la afinación y la rítmica correctas. Es una estirada asesina y potencialmente
rompe cuerda, sobre todo si la cuerda está vieja o muy usada ya.
No es recomendable practicar esta clase de estiradas con cuerdas gruesas,
ya que te podes agarrar una tendinitis si no estás acostumbrado o tenes la
fuerza necesaria en las manos y el
entrenamiento de tocar la guitarra durante años.
Otra de las características de este solo es el uso de “rakes”, que son esos pequeños sweeps o arrastres de la púa a lo
largo de 2 o 3 cuerdas asordinadas para acentuar una nota como se ven en los compases 9 y 21.
Otro recurso en este solo, y en general en muchos solos de
Gilmour, es el uso recurrente de notas dobles (doublé stops) mayormente en los compases 6, 7, 27 y 29, y el uso de pequeños rasgueos con la púa
sobre cuerdas asordinadas (marcados con “xx” en la partitura) dándole un efecto
rítmico y percusivo a las últimas frases del solo.
Nota de color: Si bien David Gilmour es prácticamente un embajador de la Fender Stratocaster y es claramente la
guitarra con la que más comunmente se lo ve, este solo fue grabado con una Gibson Les Paul gold top con micrófonos
P90.
Sorpresas te da la vida…
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